Menú

 

A punto de cumplir 103 años, la vida del arquitecto Jorge Rocha Arnao se entremezcla con barranco, del cual fue alcalde, y sus logros como artífice de las primeras playas del distrito, la instauración del primer espigón de la quebrada de Armendáriz y la construcción del actual palacio municipal del distrito, culminado en cinco meses –un día antes de cumplir su mandato. Apenas una muestra de su longeva productividad

Hasta hoy, entrado en sus 102 años, el arquitecto Jorge Rocha Arnao hace ejercicio en casa, estiramientos, y suele dar caminatas acompañado. Empezó también a aparecer en las redes sociales recitando poesía de memoria o paseando por Lima en una cuenta de Instagram que lleva por nombre de usuario uno muy tierno basado en un poema, @haymuchosenamorados, y que es gestionada por Cynthia, la menor de sus siete hijos. Allí puede vérsele jovial, vital, y recibiendo las condecoraciones y reconocimientos por haber sido fundador de Acción Popular, socio honorario fundador del Rotary Club de Barranco y alcalde del mismo distrito entre 1964-1966, cuando la sede municipal era la actual biblioteca y el cargo era ad honorem.

Un caballero. Gran deportista. Amoroso, atento, preocupado por todos. Un excelente conversador. Un tipo enamorado de su trabajo y de su familia. Un arquitecto de aquellos en llegar primero a la obra y quedarse hasta el final de la jornada, supervisando hasta el mínimo detalle. Una decena de familiares y amigos describen así al arquitecto Rocha, quien además fue un padre de familia dedicado y firme en la crianza de su prole. “Él se sentaba a la mesa y todos teníamos que estar sentados, nadie se podía parar si él no se paraba primero”, recuerda Cynthia.

El arquitecto Rocha se casó con Violeta Solari, hija de hacendados huachanos con ascendencia italiana y francesa. “Tuvimos una infancia muy feliz, tengo muy buenos recuerdos de esos tiempos”.

El arquitecto Rocha nació en Lima el 11 de octubre de 1922, pero tiene familia en Ica; de hecho, su tío Temístocles Rocha fue una celebridad de la vida política regional y nacional, habiendo sido alcalde, prefecto, subprefecto, senador, gobernador, ministro de Hacienda e inventor nada menos que la variedad de pisco mosto verde –en 2018, el hallazgo de una botella de Pisco Rocha sin abrir de más de 50 años causó revuelo entre los internautas. Fue también quien introdujo el célebre carro anti manifestaciones conocido como “Rocha-bus” durante el gobierno de Odría.

Con esas credenciales familiares, no extrañó que más adelante en su vida, el arquitecto Jorge Rocha incursionase en política. Deportista disciplinado y hombre de acción, Rocha estudió primaria y secundaria en el Colegio San Luis de los hermanos maristas de Barranco y egresó de la entonces especialidad de arquitectura en la Facultad de Ingeniería de la UNI en 1951. Además de su labor arquitectónica, llegaría a ocupar cargos de directorio en CONATA y CORPAC, además ser director de PESCA-Perú. Gladys Vda. de Mariátegui, quien fuera esposa de Sandro, hijo de José Carlos Mariátegui, recuerda la cercanía de su esposo con Rocha. “Era muy amigo de él. Se conocieron en el partido (Acción Popular), en la vida política y le tenía mucha consideración y mucho respeto por los conocimientos que tenía –él ya había sido alcalde de Barranco–, y participaba activamente en el partido. Era una persona honorable, así que decidió hacerlo padrino de uno de mis hijos, del menor, Carlos”.

Pero el acercamiento con la familia Mariátegui se estrechó cuando Rocha se hizo cargo de la ampliación del local de la Librería Minerva en la esquina de la Av. Larco con Calle Esperanza, hoy Tay Loy. “Si alguien me ofrece hacer la ampliación sin cerrar la tienda y sin incomodar a los clientes, lo contrato”, había dicho Mariátegui. Rocha fue el único quien presentó un proyecto viable y consiguió ejecutarlo.

 

BARRANCO EN EL RECUERDO

Para llegar al Colegio San Luis de Barranco, de niño Rocha bajaba desde Chosica a las cinco de la mañana. Pese a

haberse establecido años después en Chorrillos y luego en Monterrico, es la primera época barranquina la que ha

marcado la vida de Rocha, y la suya al distrito. Por años la casa familiar del matrimonio Rocha Solari y sus primeros hijos fue la gran casona en la Av. Bolognesi que luego se convertiría en el Sargento Pimienta, célebre bar de música rock. “Recuerdo mucho los años en esa casa”, dice Helen Rocha, hermana mayor de Cynthia, quien nació allí mismo.

“Un barrio muy unido, éramos todos muy amigos”, dice por su parte José Elice, exoficial mayor del Congreso, quien de niño frecuentaba la casa. “Me gustaba hablar con él y le gustaba hablar conmigo, lo sentía como un tío”.

“Cuando iba por la ciudad –en Miraflores, Barranco, Chorrillos– veía el letrero de mi papá ‘Arq. Jorge Rocha, CAP 246’”, recuerda Helen. “Y cuando venía muy cansado de trabajar, nos llevaba a comer un heladito. Lo esperábamos con las mochilas listas para ir a la playa. Íbamos siempre, incluso en invierno”.

El asunto de la playa no es casual. Barranco hasta los años 60 no tenía playa; Rocha presentó el proyecto para trasladar cientos de metros cuadrados de hormigón limpio de la excavación de la Vía Expresa para así crear la playa de arena limpia actual. Asimismo, impulsó el reutilizamiento de las piedras grandes descartadas tras la demolición de la Penitenciaría de Lima para la construcción del primer espigón de la Quebrada de Armendáriz.

FUE FUNDADOR DE LOS ROTARIOS EN BARRANCO Y ALCALDE DEL DISTRITO ENTRE 1564 – 1566, CUANDO ERA UN CARGO AD HONOREM.

“Yo era parte de los equipos de estos proyectos, el crédito no es solo mío”, dice el mismo Rocha. A fines del año pasado, una caída le ha provocado limitaciones físicas que se suman a su elevada edad. “Hay que hablar con un amigo, otro amigo. Pero ha habido voluntad de dejar una huella, con muchos recuerdos”. Su rostro se ilumina cuando ve fotos de sí mismo ganando una carrera de 100 m. planos donde batió un récord sudamericano. “Como arquitecto tuve contactos y amigos”.

Amigo de Fernando Belaúnde Terry y Javier Alva Orlandini y correligionario de ambos, uno de sus más preciados recuerdos es con Chabuca Granda, “quien, en una de las bancas de la bajada de los baños, a la altura del Puente de los Suspiros, conversó conmigo y me dedicó una linda canción de su repertorio”, escribió en un discurso al recibir un homenaje. “Me consta que era muy querido y respetado en Acción Popular”, dice Elice. Más allá de las distinciones y cortesías, el legado del Arq. Jorge Rocha es uno tangible. Uno que además de ser vívido, persiste.