Una de las obras de infraestructura más ambiciosas en la historia del Perú presenta oportunidades y nuevos retos, ante los cuales la arquitectura nacional deberá dar lo mejor de sí en los años venideros. Un análisis del nuevo escenario que recibimos en 2025.
Con la inauguración en el marco de la APEC de 2024, se selló el mensaje: el megapuerto de Chancay es una de las obras de infraestructura más ambiciosas en la historia del Perú. La nueva sede portuaria, producto del trabajo en tándem de la china COSCO Shipping Ports y la empresa peruana Volcan, busca posicionar al país como un hub logístico estratégico para el comercio marítimo internacional, conectando directamente a Sudamérica con Asia. Desde la perspectiva de la arquitectura y el urbanismo, el megapuerto plantea desafíos significativos, así como oportunidades para el desarrollo sostenible y la transformación urbana.
Del mismo modo, el megapuerto de Chancay fue uno de los personajes de la Semana de Madrid, formando parte de la presentación del Arq. Malca, director del IMP, así como también en la conferencia del Arq. Jorge Ruiz de Somocurcio, decano del CAP – Lima y, finalmente, tomado de referencia por el gestor de proyectos y ciudades Alfonso Vegara.
Ya en junio de este año hubo total coincidencia con los acuerdos de la Mesa de Trabajo para el puerto de Chancay que coordina el CAP – Lima y está constituida por representantes de la Municipalidad Distrital de Chancay junto al Ing. CIP Roque Benavides, decano del CIP CDLIMA, y el Arq. Jorge Ruiz De Somocurcio, decano del CAP Lima, entre otros líderes de entidades como el Colegio de Economistas de Lima, la ASEI y la CONFIEP, así como el Alcalde de Aucallama, Edwin Valdivia Santiago.
Chancay podrá conectar la región Lima y el país con más de 2 mil millones de consumidores en Asia, Oriente y Europa; de este modo, el recién inaugurado megapuerto puede ser el nuevo Canal de Panamá, capaz de articular las cuencas del Pacífico y del Atlántico si se toma en cuenta que el 60% de las exportaciones del Perú va al Asia, del mismo modo que el 40% de las exportaciones del Brasil.
Chancay está diseñado para operar con una capacidad inicial de 1 millón de TEUs (contenedores de 20 pies) anuales, con proyecciones de crecimiento hasta alcanzar 4 millones de TEUs en fases posteriores. La inversión inicial supera los 1,300 millones de dólares, abarcando la construcción de un túnel logístico de 1,8 kilómetros, así como muelles, patios de almacenamiento, terminales de contenedores y una conexión ferroviaria en primeras etapas de planeamiento. Con una extensión de más de 800 hectáreas, Chancay representa un salto cualitativo en la infraestructura portuaria del Perú.
Arquitectura: diseño funcional y sostenibilidad
El diseño arquitectónico del megapuerto está orientado a la eficiencia operativa, dado el volumen masivo de carga que manejará. Los patios de almacenamiento, los sistemas automatizados de manejo de contenedores y las grúas pórtico de última generación se integran en un espacio diseñado para maximizar el flujo logístico. Estos elementos deben considerar no solo la durabilidad en un entorno altamente salino, sino también la sostenibilidad ambiental.
Por ejemplo, se espera que las instalaciones incluyan sistemas de gestión de aguas residuales y tecnología para la reducción de emisiones de carbono, en línea con estándares internacionales. La energía renovable como la solar, podría implementarse para alimentar parte de las operaciones. Además, el diseño busca minimizar el impacto visual y armonizar con el paisaje costero, preservando elementos naturales significativos.
Urbanismo: impacto en la ciudad y alrededores
El impacto urbanístico del megapuerto se manifiesta en dos dimensiones principales: el crecimiento poblacional y la transformación del territorio. Chancay, con una población actual de aproximadamente 70,000 habitantes, enfrentará un rápido crecimiento debido a la llegada de trabajadores y la creación de actividades económicas conexas, como comercio y servicios.
El reto urbano radica en planificar este crecimiento de manera ordenada. Actualmente, el distrito de Chancay carece de una infraestructura adecuada para soportar un incremento demográfico acelerado. Según estimaciones, la población podría duplicarse en los próximos 15 años, lo que generará una demanda significativa de viviendas, agua potable, saneamiento y servicios básicos.
Un ejemplo de buenas prácticas sería la creación de áreas residenciales bien conectadas al puerto mediante transporte público eficiente. Además, deben priorizarse zonas de amortiguamiento que separen áreas industriales de las residenciales, reduciendo el impacto de factores como ruido, contaminación y tráfico pesado.
Movilidad y conectividad
Otro eje central del desarrollo urbanístico es la movilidad. El túnel logístico de 1.8 kilómetros que conectará el puerto con las áreas de almacenamiento terrestre es una solución innovadora para separar el tránsito portuario del tráfico urbano. Sin embargo, será necesario reforzar la red vial existente, incluyendo la ampliación de la Carretera Panamericana Norte y la construcción de nuevas rutas de acceso.
Además, el proyecto contempla la integración ferroviaria, lo que podría reducir el uso de transporte terrestre de carga y, con ello, las emisiones contaminantes. Esta conectividad ferroviaria será clave para articular el puerto con los centros económicos más importantes del Perú, como Lima, y facilitar la exportación de productos agrícolas, mineros e industriales.
Retos ambientales y sociales
Desde la perspectiva del urbanismo sostenible, el proyecto del megapuerto de Chancay enfrenta desafíos relacionados con el impacto ambiental y social. Las comunidades locales,
muchas de las cuales dependen de la pesca artesanal y la agricultura, han expresado preocupaciones sobre la contaminación marina y la pérdida de acceso a zonas costeras.
Gestión ambiental
Para mitigar estos impactos, el proyecto incluye un plan de gestión ambiental aprobado por el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (SENACE). Entre las medidas previstas se encuentran la conservación de áreas marinas protegidas y la implementación de tecnologías limpias para minimizar los efectos negativos en el ecosistema.
Por otro lado, la calidad del aire y el ruido generados por las operaciones portuarias representan desafíos adicionales. Los diseños arquitectónicos y urbanos deben considerar la instalación de barreras acústicas y el monitoreo constante de emisiones para garantizar el bienestar de las comunidades cercanas.
Integración social
En términos sociales, el proyecto podría generar más de 1,500 empleos directos durante la construcción y miles adicionales en fases operativas. Sin embargo, es esencial que el desarrollo de habilidades laborales se centre en la población local, promoviendo la inclusión y reduciendo la dependencia de mano de obra externa.
Oportunidades para la arquitectura y el urbanismo
El megapuerto de Chancay no solo representa un desafío, sino también una oportunidad para incorporar nuevas propuestas de arquitectura y urbanismo desarrolladas en el Perú. Este proyecto puede convertirse en un modelo de infraestructura sostenible e inclusiva si se implementan estrategias innovadoras, algunas de ellas pueden ser:
- Diseño adaptable: Incorporar tecnologías de construcción modular que permitan adaptaciones futuras según el crecimiento del puerto.
- Espacios verdes urbanos: Crear corredores ecológicos y áreas recreativas para mejorar la calidad de vida de los residentes locales.
- Estrategias de densificación: Fomentar un desarrollo urbano compacto que reduzca la expansión descontrolada y conserve el entorno natural.
El megapuerto de Chancay es más que un proyecto de infraestructura; es una oportunidad para transformar el desarrollo urbano y portuario del Perú, colocando al país en el mapa del comercio global. Sin embargo, su éxito dependerá de una planificación arquitectónica y urbanística que priorice la sostenibilidad, la conectividad y el bienestar de las comunidades locales.
Es indispensable definir una unidad de Gestión y Gobierno y una Zona Económica, Ambiental y Social Especial autónoma, en el marco de una visión estratégica mundial y continental. Y a nivel nacional se debe promover un Super Corredor Huara – Lima con especializaciones, clusters, centros de inteligencia artificial, parques industriales y capacitación.
Y la idea de una nueva ciudad de Chancay debe estar en agenda.